Ni una gota del cielo.
Menos mal
que el sábado no cogí la bici. Estaba reventado. Es lo que pasa cuando se sale
poco y se quiere ir fuerte. Hoy domingo todavía tenía alguna secuela. Me
levante pronto y al mirar por la ventana ya estaba lloviendo. Desayune
tranquilamente y me asome otra vez. Había parado, no me lo pensé dos veces. Me
fui en dirección corrales, ya en Somahoz me da por llamar a Ringo. El iba por
Quijas. Quedamos que nos encontramos por San Cipriano. Luego seguimos por
Viernoles, La Hilera y el ya se va para casa. Ayer se ha dado un buen tute. Yo
sigo y me voy para Renedo, puente Arce y por Pedroa para casa. Llego con las
piernas cansadas pero mucho mejor que el viernes. Ya en casa, me veo la Milán-San
Remo. Emocionante hasta el último metro. Lo que han debido pasar hoy los
ciclistas.
Comentarios
Publicar un comentario