Entrenando


Después del entreno de ayer, estuve de compras por Santander. Reventado es la palabra, un mal cuerpo y es que uno ya no está acostumbrado a esos ritmos y kilometrajes. Los años no pasan en balde.
Esta mañana me levante con otras piernas. Algo apagado, pero preparado para una nueva batalla. Me metí en cabeza de grupo y rápidamente me vi tirando de él. Junto a Julio, subimos bastante fuerte para como estoy en estos momentos. Al principio las piernas estaban atascadas, pero según iba pasando la ruta me fui encontrando mejor. A falta de cuatro kilómetros para llegar a Fresneda paso a la cabeza Pitana y dio un buen arreón dejándonos en la base del puerto de Palombera. A partir de aquí cogió el relevo un superglobero y nos subió hasta el cruce pensando que nos íbamos a dar la vuelta allí. Simal empezó a escupir sapos y culebras por esa boquita que él tiene. Pasado el cruce julio siguió tirando a un ritmo demasiado para mí. Pero no me quede cortado hasta que un juvenil de la fundación contador se pensaba que estaba en carrera y dio una embestida de esas que duran 200 metros. Lo suficiente para romper el grupo y yo quedarme. Corone en un segundo grupo y bajando cuando íbamos a conectar con los cuatro de delante, nos salen unos perros, bajamos el ritmo y Bardón que venía más atrás da con los huesos en el suelo. Escuche algo y me volví. Allí estaba en mitad de la carretera. Me dio un buen susto. Ya le he comentado en otras salidas que tiene que relajarse bajando en los entrenamientos. Pero parece ser que por ahora no ha surgido efecto. Espero que con este aviso de chapa y pintura se lo tome con más calma. De vuelta para casa las piernas estaban muy perjudicadas. Aun asi nos atrevimos con Golbardo y Cildad. Alguno cogió la tangente y no volvimos a saber más de él. Menos mal que no dimos la vuelta a Palombera. A gatas hubieras vuelto. Menos mal que la experiencia a veces ayuda. El grupo se rompió subiendo Golbardo y quedamos en cabeza seis. Cuatro de los de la partida y dos que se incorporaron. Cildad empezamos tranquilos pero a Julio le parecía que el ritmo de los de delante no era suficiente y a pesar de ir jodido se puso en cabeza muy sibilinamente y aumentando el ritmo lo suficiente para calentar a Jose el buzo e imponer este un ritmo que me hizo coronar con ellos muy justito.

Otra vez cien kilómetros con una media superior a 31 km/h de media. Mañana más.

Comentarios

  1. El que se fue por la tangente fue el mismo que se te ha olvidado mencionar subiendo ….,que por cierto, llego al Pozo del Amo solo con Julio y además creo que ha tocado la bici dos días en mes y medio.

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