Mejorando.


Aprovechando el calorcito, llegue a casa y según estaba acabando de comer, llamé a Oscar y quedamos para dar una vuelta. Fuimos camino del monte Tejas y subimos por una de las vertientes más duras. Las alubias y los polvorones me hicieron sufrir de lo lindo, el flato me decía que no hablase tanto. Luego bajamos y tiramos para conectar con la bajada del Matadero. Todo pista y carretera. Llegando a casa nos metimos un poco en la Viesca y terminamos con algún sendero de tierra. Despedida y seguro que mañana más.

En hora y tres cuartos lo despachamos. Como le gusta a la fiera.

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